Los SSD o discos de estado sólido (Solid State Disk) son una tecnología de memoria todavía relativamente reciente pero que va ganando aceptación en las computadoras de gama media-alta como sustituto de los discos duros tradicionales. Las ventajas de los SSD son numerosas: mayor velocidad de acceso, silencio de funcionamiento, menor necesidad de refrigeración, ausencia de partes mecánicas móviles y menor potencia de funcionamiento. Por contra, su principal inconveniente es el precio.
De todos los componentes de una computadora actual el uso de un disco SSD es el que probablemente puede mejorar más el rendimiento. Esta mejora viene dada por el excelente comportamiento en las operaciones de lectura, especialmente en las lecturas aleatorias, que son las más frecuentes en el día a día. La lectura aleatoria puede ser hasta 10 veces más rápida en un SSD frente a un equipo convencional (link). En mi experiencia personal, el tiempo de arranque del sistema operativo se puede reducir en 3-4 veces con un SSD.
Windows 7 está preparado para detectar los discos SSD automáticamente, pero por si acaso es muy recomendable actualizar la BIOS del equipo así como los driver de placa base y disco proporcionados por los respectivos fabricantes.
Además de esto, Microsoft recomienda revisar que los siguientes servicios están deshabilitados para los discos SSD, ya que no son necesarios y en el caso de la defragmentación pueden ser hasta contraproducentes: defragmentación automática, Superfecth y Prefetch (ver detalles aquí).
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