En la primera entrada de esta serie introducía la tecnología NFC; ahora voy a describir un poco los detalles técnicos que la hacen posible.
NFC, como su nombre (near field communication) indica, es un conjunto de tecnologías inalámbricas de corto alcance, con una distancia de funcionamiento típica de 10 cm o menos. Opera a una frecuencia de 13,56 MHz según la norma ISO/IEC 18000-3 y consigue unas tasas de transferencia de entre 106 y 424 kbit/s. En siguiente imagen se aprecia claramente la diferencia con otras tecnologías inalámbricas como Wi-Fi o Bluetooth.
NFC siempre implica a un dispositivo iniciador y a un objetivo; el iniciador genera de forma activa una señal de radiofrecuencia que puede incluso hacer funcionar a un objetivo pasivo. Esto permite que los objetivos NFC tenga formas muy simples como etiquetas, pegatinas o tarjetas que no requieren baterías. Las conexiones NFC de igual a igual (peer-to-peer) son también posibles siempre que ambos dispositivos sean activos, es decir, emitan energía. En la imagen se pueden observar los tres modos de funcionamiento de NFC, de igual a igual, lectura/escritura y emulación de tarjetas RFID.
Los dispositivos NFC normalmente contienen datos sólo de lectura, pero también pueden ser de lectura/escritura. Los datos pueden almacenar de forma segura información personal como tarjetas de crédito, PIN, programas de fidelidad, etc. y la capacidad es de entre 4 y 4.096 bytes.
Como las tarjetas de proximidad, las comunicaciones de corto alcance utilizan inducción magnética entre dos bucles de antenas localizados dentro de los campos de acción propios. Como se ha dicho, NFC trabaja en el rango de 13,56 MHz, que está disponible globalmente y dentro de la banda ISM todavía sin licenciar.
Hay dos modos de funcionamiento:
- Pasivo: el iniciador genera un campo con una portadora y el objetivo responde modulando el campo existente. El objetivo puede tomar su energía del campo electromagnético generado por el iniciador.
- Activo: ambos, el iniciador y el objetivo, se comunican alternativamente generando sus propios campos. Un dispositivo deshabilita su campo de radiofrecuencia mientras espera datos. En este modo los dos dispositivos suelen tener su propia fuente de energía.
Finalmente, si comparamos NFC y Bluetooth, podemos ver que ambas son tecnologías de comunicación de corto alcance integradas en dispositivos móvil. NFC opera a menos velocidad (424 Kbit/s frente a 2.1 Mbit/s) pero consume bastante menos energía y no requiere del emparejamiento previo de los dispositivos Bluetooth. Es más, la comunicación entre dos dispositivos se establece en menos de una décima de segundo Por otro lado, el alcancé de NFC es como máximo de 20 cm frente a los 10 m de Bluetooth, lo que reduce la posibilidad de interferencias en lugares con mucha gente, donde podría ser difícil correlacionar una señal con el dispositivo físico que la genera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario